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Resumen


Política y Comportamiento Democrático: Elementos para un Análisis Psicosocial

Raúl Rocha Romero

FES Zaragoza/UNAM México


Dictamen

Jorge Castillo dictaminó:

Podríamos sintetizar diciendo que el artículo es un breve tratado sobre el ser y el parecer en la vida democrática. Hace referencia a la disociación ya clásica entre el decir y hacer.

Es un intento fundamentado de incluir en el análisis político la dimensión subjetiva y su peso en la hora de actuar (decidir) democráticamente.

Para el autor "el fenómeno, hecho o situación es, a la vez, un fenómeno político y psicológico", a lo que llama "psicopolítico".

Propone un análisis de las distintas disciplinas que convergen en un mayor entendimiento de la actividad política y de vida democrática pero también alienta incluir el análisis de los elementos y mecanismos que se encuentran detrás de todo ello, es decir la subjetividad de las personas y al aná-lisis que pueda hacerse de la misma.

Es verdad que el Psicólogo no está acostumbrado a incluir en su análisis conceptos de la so-ciopolítica. El autor, quizá por eso mismo, alerta de manera especial sobre el riesgo de psicologizar la explicación de los hechos políticos.

Tras una disquisición referida a la corteza cerebral y sus funciones, hace referencia a los procesos cognitivos y emocionales. Quizá lo importante de estas citas no esté en esas referencias en sí, sino en el comentario con el que sintetiza lo anterior: "no hay cognición alguna que no vaya acompañada de una emoción o afecto", a lo que se agrega forzosamente el tipo de interacción con el entorno social. Reconoce que las estructuras políticas son resultado de un proceso histórico, de la misma manera en que lo es la subjetividad política en un tiempo y en un contexto signado por las relaciones políticas imperantes en una sociedad específica.

Diferencia la política como pensamiento de la política como práctica y da algunas propues-tas en procura de alcanzar una conceptualización mejor tanto de la acción política como del análisis psicosocial de los fenómenos políticos, que son producto de una historia; de una sociedad y que se dan en un lugar y tiempo determinados. Coincide con otros en la enorme brecha que separa a los políticos "profesionales" del pueblo al que dicen representar y en el hecho de que no es necesario ocupar espacios tradicionalmente destinados a los políticos para acceder a una gestión con sentido político. Un ciudadano debidamente educado y con un encuadre ético, podría hacer política y con-tribuir al bienestar de su pueblo.

Reconoce una necesaria interrelación entre la Sociedad y el individuo en el ámbito político. El ciudadano está inmerso en una situación creada antes, que se le impone, pero en el libre juego de la democracia se encuentra el germen de la transformación de aquello que perjudica a todos. Como ser humano sujeto de derecho, cualquier ciudadano puede invocar el bien común y los intereses difusos en procura de mejorar la calidad de vida.

Se manifiesta en el trabajo un intento de explicar el compromiso político a partir de la subjetividad, ámbito en donde los Psicólogos, justamente, son especialistas. Para aprovechar la riqueza de sus conceptos, quizá el autor debió haber incursionado más en el tema de la "globalización" y sus impactos ambientales, entre los cuales Cero de los más destacados es la disociación entre lo que se dice o promete y lo que se hace o cumple, incoherencia muy común en los políticos y los gober-nantes. Por otro lado, los procesos de integración regionales, como el MERCOSUR en América del Sur y el NAFTA (y las tratativas por el ALCA) en América del Norte, con los intentos de los EE.UU. de tener bajo control las relaciones comerciales (y ya se sabe, el resto de las realizaciones culturales) de todo el continente americano, es una amenaza con destino incierto, que bien hubiese merecido intentar conceptualizar desde el encuadre elegido por el autor.

Su comentario de que se debe "estar pendientes tanto de los partidos y candidatos que gobernarán una sociedad, como de los ciudadanos que le darán forma y sentido a esa forma de gobierno", es por lo menos optimista. Un análisis más detenido en torno de las relaciones internacionales actuales (que influyen poderosamente en las culturas e identidad de los ciudadanos) lo hubiesen llevado a concluir que el modelo económico actual no deja lugar para la diversidad cultural y por ende desjerarquiza permanentemente a los que teniendo algo que desear y exigir, no han sido educados en el libre juego de la democracia y por ende no pueden expresarse, reforzando la exclusión impuesta por el Estado débil y ausente, aliado a los mercados internacionales y a sus socios locales (Mercadocracia).

En este marco socio-económico, que afecta profundamente a la cultura y genera serios conflictos éticos, habrá acciones que pensar desde la Psicología para contribuir a la producción de los cambios necesarios. Este sería un aporte significativo que quizá se transforme en una segunda parte del artículo que se comenta, y que quizá algún día nos haga conocer el colega Raúl Rocha Romero.

Resumen: Aprobado. Interesante.

Susana Rudolf dictaminó:

El tema seleccionado es pertinente y relevante en el campo de la psicología, particularmente la psicología latinoamericana. Si embargo no se incluyen entre sus referencias autores que han sido fundadores y aún hoy son paradigmáticos de la corriente denominada psicología política latinoamericana, que, más allá de acuerdos o desacuerdos, constituyen el sustento conceptual desde el que los psicólogos latinoamericanos debemos empezar a pensar los problemas políticos.

Pienso que el trabajo de todos modos se incluye dentro de esta corriente, entre otras cosas porque asume fuertemente una posición política desde la cual piensa, y porque esta posición apunta al fortalecimiento de la participación de las mayorías, cuestión crucial en este momento de la vida de los pueblos latinoamericanos: ..." es igualmente importante estar pendientes tanto de los partidos y candidatos que gobernarán una sociedad, como de los ciudadanos que le darán forma y sentido a esa forma de gobierno. De esta manera, toda sociedad que pretenda ser cada vez más democrática debe contar con políticos e instancias democráticas y, además, debe asegurarse de que sus ciudadanos se comporten también de manera democrática." "Hoy en día no se puede seguir haciendo política como hasta ahora se ha pensado: como si ésta fuera una actividad que estuviera destinada sólo a Ceros cuantos, es decir, a los que tienen las capacidades y/o el privilegio de participar en ella". Tal como lo menciona el autor, es necesario realizar este tipo de estudios, más allá de su interés académico.

Se menciona la existencia de trabajos sobre el "estudio de la subjetividad en el plano de lo político" pero no se explicitan las referencias. Lo mismo sucede con los soporten que sustentan las conceptualizaciones de "subjetividad" y de "política".

Desde el punto de vista epistemológico, lo que se explicita no lo comparto totalmente, ya que transmite un concepción de la relación individuo-política que parece basada en una concepción dualista de la relación individuo-sociedad. Si bien se explaya reiteradamente sobre la mutua influencia de ambas dimensiones, no dejan de ser concebidas como polos intrínsecamente diferentes. En esta perspectiva "lo psicosocial" sería una especie de nexo o puente entre ambos. Si bien no es la postura que suscribo, es de admitir que es una posición que tiene difusión en la academia, y en la que se sustentan numerosos trabajos de reflexión e investigación.

Con respecto a la definición de "subjetividad", también realiza una opción cuya filiación epistemológica es clara, aunque no la comparta, y preferiría un enfoque basado en una concepción psicosociológica de la subjetividad, pero como el autor manifiesta "el análisis que de ello se realice depende del enfoque disciplinar y teórico del que se parta", y ello es básicamente respetable.

La concepción de "la política" que se maneja (parcialmente explicitada más arriba) se orienta hacia una propuesta democratizadora, sin embargo el propio trabajo se desliza por momentos hacia la postura que critica, como cuando dice "Para el caso de nuestro país, las muestras de escepticismo, rechazo y hasta cinismo de la gente no son más que expresiones psicosociales que se corresponden con la manera de hacer política por parte de los políticos profesionales" (cursiva nuestra). La realidad latinoamericana hace difícil que el académico, como un ciudadano más, escape a ciertos estereotipos explicativos muy difundidos, pero este tipo de afirmación supone una simplificación del fenómeno, que es contradictoria con el resto del trabajo, y entraña, a mi entender un riesgo fundamental: el deslizamiento involuntario hacia una confirmación de que la política es un asunto de los (en este caso "buenos") políticos.

En suma: un trabajo recomendable, por la relevancia del tema que trata, y la propia propuesta política que entraña. Su potencial polémico está, estimo, fundamentalmente en su postura epistemológica. La polémica conducida por caminos de rigor académico, debe ser bienvenida.


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